¿Qué significa tener una piel saludable?
Es el estado en el que la piel cumple de manera adecuada sus funciones de: órgano de barrera, defensa inmunológica, activador de vitamina D, productor de melamina, regulador de temperatura y órgano de excreción, sensitivo y estético.
La piel como órgano estético
La piel desde un punto de vista estético, es considerada como nuestra “envoltura” cuyas propiedades únicas nos permiten disfrutar del entorno y percibir sensaciones, así como también forma parte importante de nuestra imagen e influye en la autoestima del individuo.
Con el paso del tiempo, especialmente a partir de los 35 años, la estructura de nuestra piel comienza a cambiar, principalmente por la pérdida de componentes como la coenzima Q10 y el ácido hialurónico. Comienza a perder firmeza y volumen, aparecen las arrugas, se acentúan las líneas de expresión y comienza a notarse el envejecimiento de la misma.
¿Cómo contribuir a una piel saludable con el paso del tiempo?
Existen una serie de factores a tener en cuenta para prevenir el daño prematuro de la piel y poder disfrutar una piel saludable por más tiempo:
Estilo de vida: un estilo saludable que incluya una dieta rica en frutas, verduras , granos integrales y proteínas magras contribuyen al mantenimiento de una piel más sana, así como beber agua suficiente para mantenerla hidratada.
Hábitos de higiene y cuidado corporal: evitar el uso de agua muy caliente en la duchas, y la exposición a productos químicos y/o cosméticos inadecuados dependiendo del tipo de piel,
Falta de sueño y estrés: un descanso inadecuado, la vigilia y el estrés hacen que la piel se vuelva más sensible y pueden aparecer problemas cutáneos si se prolonga en el tiempo.
Protección del sol: evitar una vida de exposición solar intensa, ya que suele ocasionar con el paso del tiempo la aparición de manchas, arrugas y aumentar el riesgo de padecer cáncer de piel
Complementos nutricionales: existen suplementos nutricionales que mediante la acción sinérgica de sus componentes, contribuyen a incorporar compuestos como el ácido hialurónico y la coenzima Q10, los cuales nuestro organismo, con el tiempo, disminuye su producción.