¿Qué significa una piel elástica?
La elasticidad cutánea es una propiedad que permite a la piel cambiar y recuperar la forma cuando se estira o deforma.
Con el paso del tiempo se produce una pérdida progresiva de colágeno y elastina que, conjuntamente con la hidratación, son responsables de la firmeza y elasticidad de la piel.
El nivel de estos componentes es fundamental para preservar la estructura de la piel y contribuir a mantener una apariencia juvenil de la misma.
Factores que contribuyen a la pérdida de elasticidad
Con el paso del tiempo las fibras elásticas sufren un proceso de ¨desorganización estructural¨ que las hace menos funcionales, provocando una pérdida de elasticidad de la piel. Este proceso fisiológico de envejecimiento de la piel puede ser ralentizado o acelerado por factores constitucionales y ambientales como:
Exposición solar y contaminación: la exposición solar prolongada y repetida sin protección adecuada y la contaminación ambiental, degradan el colágeno y elastina presentes en la piel y son responsables de su elasticidad y firmeza.
Tabaco: fumar, además de considerarse perjudicial para la salud, provoca un envejecimiento prematuro de la piel. Este hábito genera la producción de radicales libres, que son luego los que contribuyen en la pérdida del colágeno y la elastina.
Dieta : los beneficios de una dieta saludable y equilibrada son numerosos, y para que la dermis se mantenga lisa, tersa, sana, es necesario incorporar en nuestra dieta antioxidantes como la vitamina C, que ayuda a demorar la aparición de arrugas y manchas.
Descanso: un sueño reparador determina que la piel pueda recuperarse del daño causado por la exposición diaria a factores estresantes.
¿De qué depende la elasticidad de la piel y cómo contribuir a su mejora?
La elasticidad cutánea está ligada principalmente a la salud del tejido conectivo, el que, a su vez, está relacionado con una proteína llamada elastina, al colágeno y al nivel de hidratación de la piel.
El componente fibroso, formado principalmente por elastina y colágeno es el responsable de la elasticidad de la piel y de su resistencia a la tracción.
La incorporación de colágeno para mantener la salud del tejido conectivo, en conjunción con la coenzima Q10 que actúa como antioxidante, y el ácido hialurónico para mantener la hidratación, son los métodos más recomendados para evitar la formación de arrugas y la pérdida de la elasticidad de la piel.